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Servicio de Comedor Escolar
Cada día expertos en nutrición infantil nos informan acerca de los problemas de salud que afectan a nuestros hijos debido a la mala adquisición de hábitos alimenticios. En el Cebat somos conscientes de este problema, por ello nos hemos propuesto presentaros unos consejos sobre alimentación saludable y ayudar así a que vuestros hijos gocen de buena salud a través del seguimiento de una dieta sana y equilibrada.
La práctica de malos modelos alimenticios ha ocasionado que la obesidad y el sobrepeso tengan ya caracteres de epidemia. Se trata de una enfermedad que presenta graves consecuencias en la edad adulta y que comienza en la infancia. Pero es aún más preocupante la tendencia ascendente que presenta esta enfermedad. El 26% de los niños y jóvenes de nuestro país tienen sobrepeso y casi el 14% son obesos según datos aportados por el Ministerio de Sanidad y Consumo.
Las dietas tradicionales han sido reemplazadas por dietas con mayor densidad energética, lo que significa más grasa y más azúcar añadido en los alimentos, unido a una disminución del consumo de frutas, verduras, cereales y legumbres. Por otra parte, estos cambios alimentarios se combinan con estilos de vida que reflejan una reducción de la actividad física.
El comedor escolar puede y debe ser un marco en el que día a día los niños adquieran unos mejores hábitos alimentarios y comprendan las normas para lograr una buena práctica alimenticia. Por todo ello, nuestro colegio ha iniciado un plan con el que pretende abordar tan importante cuestión potenciando la alimentación de nuestros alumnos como un objetivo primordial.
Debemos invertir la tendencia creciente de la obesidad, sobre todo de la infantil, y combatir sus repercusiones sobre la salud. Necesitamos, como siempre, la colaboración de todos los padres ya que esta labor debe ser asumida tanto por los educadores como por la familia.
Si conseguimos que nuestros niños se acostumbren a comer de todo y en su justa medida y estimulamos en ellos la práctica regular de actividad física y deporte, habremos logrado inculcarles unos hábitos saludables que les protegerán de cualquier trastorno alimenticio y en general, de una serie de patologías que se manifiestan en la edad adulta.
Después de dormir nuestros niveles de energía por la mañana son bajos ya que el organismo lleva más de 8 horas sin probar alimento. Del mismo modo que los coches necesitan carburante para ponerse en movimiento, al organismo le sucede lo mismo. Así que tanto si es día de escuela como si es festivo, cada mañana tus hijos han de tomar un buen desayuno.
El desayuno es una de las tomas del día más importantes y debería cubrir, al menos, el 25% de las necesidades nutritivas del escolar. El tipo de alimentos que lo componen, al ser generalmente muy del gusto de los niños, facilita que esta recomendación se cumpla.
Numerosos estudios confirman que un desayuno equilibrado y realizado a diario tiene repercusiones positivas en el mantenimiento de la salud. Es necesario mejorar e incrementar el hábito del desayuno, especialmente entre los escolares y adolescentes ya que no se le da normalmente la importancia que tiene.
Las prisas por llegar a la escuela, en ocasiones, impiden realizar la primera comida del día correctamente lo que puede provocar una disminución de la atención y del rendimiento en las primeras horas de la mañana.
Un desayuno completo debe presentar los siguientes alimentos: leche o yogur u otros lácteos o alternativas vegetales como la leche de soja, cereales (ya sea galletas, tostadas, cereales de desayuno o muesli, etc.), fruta o zumo y de modo opcional, complementos como mantequilla, margarina o aceite, mermelada o miel, jamón o queso, etc.
Como refuerzo de los alimentos consumidos en la primera hora del día a media mañana se puede tomar una fruta, un yogur o un bocadillo. Con cierta frecuencia, los niños que desayunan mal llegan hambrientos a la hora del recreo y entonces comen demasiado y no siempre lo conveniente.
La comida de mediodía representa la ingesta más importante de alimentos que tomamos a diario y ha de cubrir al menos del 35 al 40% de las necesidades nutricionales diarias del individuo.
El Centro entrega trimestralmente un plan con el menú diario de comidas, elaborado por nuestra experta en nutrición, en donde quedan recogidas las calorías aportadas, el porcentaje de la cantidad de proteínas, los hidratos de carbono y las grasas que representan el índice de una dieta equilibrada para un mayor control sobre lo que comen vuestros hijos.
La merienda suele ser muy bien aceptada por los niños y puede complementar la dieta al permitir incluir productos de gran interés nutricional como lácteos, frutas, bocadillos diversos, etc. La merienda no debe ser excesiva para que los niños mantengan el apetito hasta la hora de la cena.
La cena debería ser elegida en función de los alimentos ya tomados en las otras comidas del día. Es recomendable consumirla a una hora no muy tardía para evitar que la proximidad al momento de conciliar el sueño impida que vuestros hijos descansen satisfactoriamente.
Si planificáis las cenas conjuntamente con vuestros hijos y con cierta antelación, teniendo en cuenta todo lo anterior, podréis conseguir de una manera sencilla y práctica cuidar al máximo su alimentación.
¡Ánimo! Y tened siempre presente la importante tarea que supone lograr que vuestros hijos adquieran unos buenos hábitos alimenticios.
¡Estamos seguros que entre todos lo conseguiremos!